lunes, febrero 02, 2009

El sonido de la hierba al crecer

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Dibujo de Erick: Casa con tuberías y tendido eléctrico

Soy la mamá de Erik, un niño precioso e inquieto de 4 años y medio que nos sorprende cada día. Luchamos juntos contra el autismo. Y es increíble todo lo que estoy aprendiendo con él. Recogo unas palabras de Goytisolo: "... nunca digas no puedo más y aquí me quedo...".
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Estas son las palabras con que Anabel Cornago saluda a todos los que se asoman a la portada de su blog El sonido de la hierba al crecer. Recomiendo este blog a los que quieran conocer una minuciosa exposición de las sucesivas actividades terapeúticas que ha aplicado Anabel a su hijo Erick desde muy pequeñito con notables resultados. Tiene, además, numerosos enlaces a páginas de recursos muy variados.

Una de los rasgos notables de Erick es su afición persistente a jugar con tuberías y a mantenerlas presente en su ideario cotidiano e incluso apoyarse en ellas para construir su futuro profesional, pues ahora que ya sabe hablar, dice que quiere que ser fontanero. La industria petroquímica también se sirve de tuberías, así que quizás el niño se equivoque y termine siendo ingeniero. Afortunadamente, Anabel, lejos de sentir aversión por esa inusual afición, ha permitido que el niño siguiera sus naturales inclinaciones, procurando, eso sí, que sirviera como elemento de desarrollo. Erick ha pasado de las tuberías a los planos y al mundo del aire acondicionado y la electricidad. Al final Erick encontró la conexión entre los electrones y las tuberías, pues al fin y a la postre, los cables eléctricos van dentro de los tubos de plástico que sirven de aislante.

En el dibujo de arriba, el del niño, puede observarse como la tubería que sube por el centro de la casa se bifurca en una T. Hay una entrada y una salida para el agua; ambas terminan en la tierra, pero una de ellas atraviesa el suelo de la casa. Además pueden observarse lo que creo que son dos interruptores eléctricos conectados a dos luces exteriores, en dos líneas independientes; una tercera línea da servicio a la torre.

Las obsesiones de un niño pueden quedar en una idea fija estéril,o ser el núcleo del desarrollo del conocimiento. A los adultos toca diluir la obsesión en un universo de relaciones complejas. Con los tubos pasa lo mismo. De los tubos puede pasarse al estudio de la hidraúlica y de los motores, o a almacenarlos en el estante de una ferretería. Debemos fomentar lo primero, ayudando a que en la mente de Erick evolucione el sentido de lo que es un tubo, un medio para conducir fluidos. Que luego empaquete tubos es algo que quizás no podamos evitar, lo mismo que no podemos evitar oir hoy: ¡¡Abogado, dos cervezas más, por favor!! Joder, qué crisis.

Para acceder al blog de Anabel, pinche en: http://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/

LOS MORANCOS-OBSESIÓN

2 comentarios:

Anabel Cornago dijo...

Querido Eduardo,

Lo primero un beso enorme con todo mi agradecimiento por mencionarnos en tu blog. Tú sabes que aquí aterricé hace casi tres años cuando sospechábamos el autismo de Erik y andaba perdida, confundida y muy asustada.
Tus artículos y, sobre todo, tus consejos nos ayudaron muchísimo. Por ejemplo, cómo encarar una rabieta o que el trabajo constante da sus buenos frutos contra el autismo.
También nos diste una gran clave sobre cómo empezar: aprovechar esas estereotipias, fascinación u obsesiones para tirar hacia adelante.

Erik es un apasionado de las tuberías. Pues bien, gracias a este tema hemos conseguido muchas cosa, como por ejemplo:

-Rodábamos la plastilina para hacer “tuberías”, que luego enlazábamos en casas también de plastilina. Así conseguimos que Erik utilizara la plastilina –buenísima para la estimlación sensorial- y que se diviertiera haciendo nuevas creaciones: caritas, pelotas, muñecos, etc.

- Introducir nuevos alimentos: de los macarrones al sushi, por ejemplo.

- Descubrir nuevos conceptos espaciales. Compramos en una ferretería unas tuberías de plástico. De esta forma Erik descubrió dentro – fuera, a través… Además de hacer construcciones, utilizarlos como catalejos (mejorando el contacto visual)…

- Interesarse por el cuerpo humano. Sí, tenemos dentro un “tubo” por donde entra y sale la comida. A partir de ahí, Erik s einteresaba más y más por las distintas partes del cuerpo y los órganos internos.

- De los tubos pasó a los cables, a las instalaciones eléctricas, a la calefacción… Uf, nos hemos recorrido el sótano de casa mil veces. Tiene un libro dónde se descubre la técnica de todas estas intalaciones y los diferentes electrodomésticos. Le encanta, y sabe cómo funciona casi todo.

- Los dibujos son impresionantes –con las consecuentes mejoras en motricidad fina-.

Y todo los que nos queda por seguir descubriendo.
Muchísimas gracias de nuevo por estar siempre ahí cuando te necesitamos.

Anabel

Eduardo Carbonell Cruz dijo...

Hola Anabel:

Muchísimas gracias por tus amables palabras. Pero mencionar tu blog era algo obligado pues es un recurso extraordinariamente válido para aquellas madres que quieran acometer con rigor la rehabilitación de sus hijos en edades tempranas. Tanto el contenido, como la claridad en la exposición, trazan una excelente guía para abordar la rehabilitación.
Ciertamente es una gran clave para empezar a comunicarse con los niños apoyarse en lo que les interesa extraordinariamente. Por desgracia esa clave no se utiliza todo lo que se debiera. Cuando se leen libros o artículos sobre autismo es fácil encontrarse con las siguientes afirmaciones: "el niño no manifiesta atención compartida";"el niño no trata de llamar la atención adulto sobre un objeto, mostrándoselo";"los niños tienen intereses extraños y obsesivos";"los autistas más capaces tienen monólogos interminables sobre temas que no interesan lo más mínimo a sus interlocutores", etc. Sin embargo, basta que mostremos interés por el mundo del niño para que su universo se nos haga accesible y comience la comunicación. El excelente ejemplo que nos brindas, muestra hasta qué punto ha podido explotarse el interés de Erick por las tuberías y cómo has podido, a partir de ese interés tan restringido, incitarlo a interesarse por muchas otras cosas más. A Yolanda le pasó lo mismo con J, al interesarse por los juegos de Super Mario; a Eliana con Guillermo, al comenzar a interesarse por los juegos con motos y coches, descubriendo que su niño organizaba repartos de pizzas. Eliana se emocionó mucho al descubrir que una piedrecita en una moto era una pizza. Otras madres han tenido esas mismas experiencias cuando han comenzado a interesarse por los Pokkemon o los dinosaurios. Han tenido la primera experiencia de comunicación compartida que no tenía nada que ver con la satisfacción de necesidades fisiológicas o la satisfacción de un deseo inmediato. Era una comunicación recíproca sobre un universo inteligente, sobre el mundo del niño. Sólo la costumbre nos hace llamar obsesión al minúsculo embrión de un universo que podemos ayudar a extenderse.

(Sobre este asunto puede verse también el artículo: Autismo y "monólogos interminables que no interesan a nadie".)

Me parece genial el trabajo que estás haciendo con Erick. Y sí; Erick lleva razón. Todos somos un tubo con otros muchos tubitos, ja,ja. Un sushi con macarrones.

Saludos cordiales