domingo, agosto 16, 2009

Los Objetos de Transición



Los bebés y los niños pequeños (menores de 3 años) necesitan objetos de transición - objetos que los hacen sentirse seguros cuando van a visitar a sus parientes, empezar la guardería, o entrar a un ambiente desconocido. El temperamento del niño determinará qué es lo que el niño escoge como su objeto de transición. Es importante que los padres y las proveedoras sepan que cada niño es un individuo y que el niño necesita escoger los objetos que lo hacen sentirse seguro y protegido.

¿Qué aprendemos?

Los objetos de transición enseñan a los niños a aprender a tranquilizarse Los objetos de transición ayudan a los niños a expresar emociones, sentimientos y necesidades.

Materiales

Mantas
Almohadas
Animales de peluche
Juguetes
Fotos de la familia

Orientaciones

Hay varios objetos que los padres y las proveedoras pueden usar para darle al niño seguridad y comodidad. La observación es clave a la hora de trabajar con el temperamento de su niño. Observe sus intereses, necesidades y temores, y tome nota de cómo responde a los adultos, a otros niños, y al medio ambiente. Los adultos deben anticipar situaciones estresantes para cada niño y apoyar a cada uno según lo necesite. Una manera de apoyarlos es brindándoles objetos que los hagan sentirse cómodos. Según su temperamento, el niño se sentirá cómodo con un determinado objeto, como una manta, un animal de peluche, un juguete, o incluso una foto de la familia. Recuerde, el adulto debe seguir la pauta del niño y no empujarlo a situaciones que contradicen su temperamento.

2 comentarios:

Yoly dijo...

Hola amigo;

Para J son sus peluches, especialmente el osito Mario que tiene mucho tiempo con él. Se que este peluche lo ayuda con su ansiendad y J mismo lo busca cuando siente que necesita tenerlo en sus mano.

Eduardo Carbonell Cruz dijo...

Hola Yoli:

Todo esto de los objetos que son capaces de calmar la ansiedad, como el ejemplo que nos das, es un fenómeno universal, tanto en niños como en adultos. Piénsese si no en la de colgantes que los conductores suelen poner en los coches para protegerse de los accidentes, los amuletos para colgar en el cuello, o los tótem protectores de pueblos primitivos. Parece que cuanto más se usa un objeto con esa función mágica más reverencia se le profesa. En ocasiones no es necesario que el uso repetido de un objeto tenga una función mágica sino que se convierte en una especie de apéndice persoanl al que se tiene especial apego. Entre ellas la zapatilla de deportes más regastada, que la madre desea tirar a la basura y que el adolescente que la usa la juzga intocable, hasta el punto que si la madre decide meterla en la lavadora provocará un enfado monumental en el hijo. No se te ocurra lavarle más a J el osito (salvo que ya no se vea el osito).
No me creerás; lástima que no tenga a mano la máquina de fotos, pero al ir a editar este comentario adivina qué palabra me da blogger de verificación: ¡¡¡boryoli!!! Uno de los pueblos primitivos que se me pasó por la cabeza fueron los que habitan en Borneo==>Bor/Yoli. Pura magia.

Saludos cordiales.