jueves, agosto 13, 2009

La ecolalia, síntoma del lenguaje de niños con trastorno autista.III


La Torre de Babel (1563)
Pieter Bruegel "El viejo" (1525-1569)

Parece que la expresión Autism Spectrum Disorders ( ASDs ), traducida al español por Trastorno del Espectro Autista (TEA) , va a tomar carta de naturaleza clínica en la próxima edición del DSM-V, a juzgar por el siguiente informe:
La expresión Trastornos Generalizados del Desarrollo era desafortunada. No hay desórdenes o trastornos generales del desarrollo en niños, sino trastornos muy específicos de determinadas funciones psicológicas. Otras funciones tienen un desarrollo correcto y en muchos casos superior a la media. A medida que se desarrolla el lenguaje, pronto se difuminan las diferencias diagnósticas entre Trastorno autista, Síndrome de Asperger o Trastorno Generalizado del Desarrollo-No Especificado. Tiene que recurrirse entonces para establecer diagnósticos diferenciales, bien a la historia clínica del niño, o bien introducir nuevos términos, como el de Autismo de Alto Funcionamiento, para mantener la consistencia del diagnóstico inicial. Hay madres que han visto variar el diagnóstico de su hijo con el transcurrir del tiempo y adquirir suficiente desarrollo el lenguaje.
No menos desafortunada es la expresión Trastorno del Espectro Autista o Trastorno del Continuo Autista. Las palabras espectro y continuo son préstamos de la Física.
Espectro significa distribución de la intensidad de una radiación en función de una magnitud característica, como la longitud de onda, la energía, la frecuencia o la masa. La magnitud es una propiedad física que puede ser medida; p. ej., la temperatura, el peso, etc.
No hay en el autismo ninguna propiedad física, ni neurobiológica, que pueda ser medida y considerada la causa de ese trastorno. Lo que tenemos de humano, incluso biológicamente, depende también de la historia y de la cultura. El desarrollo psicológico de cada sujeto nunca puede depender exclusivamente de su propia biología.
Un buen ejemplo para ilustrar esto es la escritura japonesa. Los japoneses tienen dos modalidades de escritura: kana y kanji. La escritura kana se basa en tipos que representan sonidos; sílabas en este caso. La escritura kanji se basa en tipos que representan palabras, conceptos e ideas; son ideogramas. La escritura kanji llega a Japón desde China. La proximidad geográfica de ambos paises propició sus relaciones históricas y culturales. Cuando un japonés aprende a escribir, y leer, en kana, o en kanji, cada uno de esos dos métodos reclutan, por así decir, la participación predominante de zonas corticales específicas. No coinciden las zonas reclutadas por cada método. Esto es así, hasta el punto que pacientes con lesiones cerebrales, y en función de las zonas corticales afectadas por la lesión, pueden perder la capacidad para leer y escribir por uno de los métodos, kana o kanji, y conservarla en el otro sistema de lectura y escritura. Vemos aquí, de modo patente, que la historia y la cultura pueden determinar el soporte anatómico de un sistema psicológico cuya función sea leer y escribir en kana o en kanji.
Esta propuesta del Grupo de Trabajo de Trastornos del Desarrollo del DSM-V contrasta grandemente con la del artículo Language Benchmarks in Children with Autism Spectrum Disorders de Helen Tager-Flusberg et al., en:

http://www.nidcd.nih.gov/funding/programs/vsl/language_benchmarks.htm

( Ver la traducción al español en Sobre la ecolalia II. Un asunto de suma importancia y plena actualidad para la rehabilitación del lenguaje. )

Mientras el Grupo de Trabajo de Trastornos del Desarrollo del DSM-V propone reducir los tres dominios de síntomas del vigente DSM-IV-TR (déficits de la comunicación, déficits sociales y conductas repetitivas/intereses fijos ) a dos ( déficits de la comunicación social y conductas repetitivas/intereses fijos) , el Grupo de Helen Tager-Flusberg recomienda que sea el déficit de comunicación, entendido como déficit del lenguaje, el punto central de atención en el estudio de los niños con TEA. La diferencia de ambos puntos de vista es enorme. En un caso se acentúa que los TEA son un trastorno de la personalidad, mientras que en el otro se considera que el trastorno y su pronóstico pueden guardar relación directa con la falta del desarrollo suficiente del lenguaje en edades tempranas.

Resulta en verdad paradójico que los que promueven manifiestos a favor de la reducción del autismo a un trastorno estrictamente neurobiológico "y no psicológico" , son los mismos que facilitan el autodiagnóstico mediante sencillos ¡ test de personalidad ! autoaplicables on-line. Da un poco de risa y vergüenza ajena que los que defienden que el autismo es el resultado directo y exclusivo de una deficiencia biológica, recurran a test de personalidad que justamente sirven para determinar ¡¡las diferencias psicológicas entre sujetos!!

Helen Tager-Flusberg et al., han considerado como objeto de estudio diversos aspectos del lenguaje. Proponen potenciarlo por la relación directa que el desarrollo temprano del lenguaje tiene sobre un mejor pronóstico. Proponen estudiarlo con un criterio científico mediante a) informe de los padres, b) pruebas de lenguaje específicas y c) mediante transcripción y análisis de muestras de lenguaje natural.

Esto es un gran avance para el estudio riguroso del lenguaje de los niños con diagnóstico de autismo. Proponen estudiar el repertorio fonológico, léxico y el conocimiento gramatical, pragmático y de habilidades comunicativas de cada niño. Creemos que este es el buen camino y en una dirección que se aleja radicalmente de la propuesta actual del DSM-IV y de lo que se propone para el DSM-V. La propuesta de Helen Tager-Flusberg et al., está orientada no solo al análisis y estudio del lenguaje de cada niño sino a la verificación de la efectividad de las terapias de lenguaje. La normalización de los datos con instrumentos para el estudio lingüístico permitirá acelerar el intercambio de información fiable. A nosotros nos parece un paso extraordinario. Como Vds. saben el diagnóstico que puede hacerse usando los criterios del DSM no lleva aparejada terapia ni recomendación alguna para la rehabilitación con fundamento científico. Las Guías para el Tratamiento de los Trastornos del Espectro Autista no alcanzan siquiera a hacer recomendaciones claras, salvo las genéricas de que hay que hacer Programas centrados en la persona. Desde luego que no vamos a tratar al gato. Pero no hay ningún nexo fundamentado científicamente entre el diagnóstico y el tipo de programa a aplicar.

Hay diverso material de probada eficacia en la rehabilitación neuropsicológica, y neurolingüística, que puede aplicarse a los niños. En diversos artículos del blog lo hemos puesto a disposición de los lectores.

Las objeciones al artículo de Helen Tager-Flusberg et al., proceden del sesgo lingüístico que trata de darse al estudio del lenguaje de los niños; sesgo que nosotros queremos que Vds. corrijan cuando estudien el lenguaje de un niño. Para ello tenemos antes que resaltar la diferente concepción del lenguaje del artículo de Helen Tager-Flusberg y de la escuela neuropsicologíca rusa. Detenernos en este asunto será muy ilustrativo para nuestros lectores. Por último, aventuramos cuales son las verdaderas razones por las Helen Tager-Flusberg et al., no recomienda tomar, como muestra de lenguaje natural, ni el lenguaje de imitación, ni el lenguaje ecolálico.

(Continuará)

Imitación / Ecolalia

Muchos niños en el proceso de adquirir el uso del lenguaje usan la imitación y la repetición del lenguaje hablado, especialmente durante las primeras etapas, para servir a unos objetivos de comunicación funcionales. La ecolalia y el lenguaje estereotipado, que consisten en secuencias de comandos escuchados en anteriores contextos se repiten en una forma de comunicación, no son imitación de los comportamientos atípicos sino que son parte del patrón de síntomas de ASDs (Kanner, 1946; Prizant, 1983). Durante las primeras etapas de adquisición del lenguaje, puede ser difícil discriminar la repetición verbal típica o atípica en los niños pequeños, y no hay criterios claros para la definición de la ecolalia demorada (Prizant y Duchan, 1981). Sin embargo, para la caracterización de la complejidad de la lengua de los niños, se recomienda que el habla ecolálica (y de imitación) se excluya del análisis y de las muestras del discurso utilizadas para clasificar a los niños de acuerdo a los puntos de referencia que se describe a continuación.

(Continuará)

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